El hombre le es indiferente todo aquello que no puede medir, controlar o explicar por su racionalidad, dejándoselo a la imaginación. Pero no pretendo indagar sobre lo que el hombre en general desconoce por no poder medir mediante ciertas leyes, sino a lo desconocido dentro de la cotidianidad, es decir, lo que todos conocen pero que es desconocido todavía por algunos, aquello que por alguna razón aun no conocen.
Existen personas que por su ubicación geográficas no conocen y tal vez nunca conozcan
el mar, y respecto a esta situación se han escrito diferentes historias
vivénciales de personas que se han trasladado de una ciudad lejana a otra, o de
un país a otro, sólo para poder conocerlo y adentrarse en el. Otras
personas por circunstancias de la vida, aún desconocen que es subir en un tren,
en un avión o embarcarse en un barco, entre muchas más.
Aunque lo
desconocido puede causar cierto temor, debido que al conocer algo nuevo trae
consigo nuevos cambios y los cambios pueden causar incertidumbre de no saber a
qué atenerse. Movernos hacia lo desconocido es adentrarnos a vivir nuevas
experiencias, que de una a otra forma producirán cambios en nuestra manera de pensar,
ver y sentir la vida.
A diario se presentan situaciones que desconocemos, y son tan cotidianas para algunas personas que
nos sorprenden: como el caminar por un parque y disfrutar de la pureza que
produce su vegetación, o simplemente dejarse mojar por la lluvia mientras que
miramos a lo demás correr, y aunque pueden parecer muy pequeñas éstas
vivencias, cuando se viven su plenitud nos marcan y nos hace ver la vida de otra
manera.
Si vamos
a situaciones un poco más complejas que desconocemos, como la existencia de
otras culturas que son diferentes y antagónicas en cuanto a nuestras costumbres
y tradiciones, estilo y filosofía de vida, nos daríamos cuenta de lo grande que
es el mundo.
Es de
destacar que para algunos suele ser desconocido el amor, aun sabiendo lo trascendental
que puede ser para cada uno de nosotros: es un sentimiento que no demos
privarnos de conocer, sino más bien debemos estar abierto para amar y ser
amado, dejándonos llevar por el deseo de querer alguien y dejarnos querer. Pero
para ello, es vital conocernos primero a nosotros mismos, saber quiénes somos
internamente como persona, tal vez es la parte que más desconocemos y que sólo
podemos conocer sí nos damos la oportunidad de mirar hacia dentro de
nuestro interior.
Lo
desconocido siempre será lo nuevo en nuestra vida, y es esa la parte que hace
de cada día una experiencia única, porque cada día aprendemos algo nuevo de
nosotros mismos y de todo lo que nos rodea, haciendo de nuestro mundo un lugar
que se crece con el tiempo.
Comparto
con ustedes este pequeño poema que escribe bajo la inspiración de alguien especial:
Lo
desconocido
( a Natasha)
Vienes
y cambias mi mundo
Seduciéndome
hacia lo desconocido.
A
un viaje sin retorno
donde
mi lengua se extiende y se mezcla en muchas lenguas,
donde
son distintos los horizontes que se mira el descenso del sol,
donde
no hay lugar de llegada sino lugar de partida,
donde
adentrarse a lo nuevo es una aventura,
donde
conocer es vivir conociéndote.
10 de marzo de 2012
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