“La vida es aquello que te va sucediendo mientras te
empeñas en hacer otros planes (1)”
Una vez que uno es consciente de su
existencia, se encamina a darle un sentido, un significado, una
dirección. En este estado comenzamos a reescribir la vida de nuestra vida dentro de
una escala de tiempo donde se van proyectando todos nuestros planes y metas,
experiencias y vivencias que deseamos vivir, como también cada uno de los pasos
a dar para hacer realidad lo proyectado.
De esta manera, nos vamos adueñando
poco a poco de nuestra vida, claro está, sin desligarnos de lleno de esas
contingencias y condiciones sociales que de una u otra forma terminan
influyendo en gran parte sobre quiénes somos y representamos, en este sentido,
las circunstancias en las que se da mi existencia, va a determinar en la
mayorías de las veces, la trama de mi vida.
Partiendo de esta realidad, nos
proyectamos un porvenir quiérase o no, sujeto a ciertas situaciones inesperadas,
debido que la propia dinámica de la vida genera de modo constante eventos que no
pueden ser prevenidos en su totalidad, pero a pesar que los mismos, puedan
llegar o no a retrasar o cambiar por entero lo planificado, lo que marca la
diferencia, es la actitud con la que se hace frente a estas vicisitudes
inesperadas de la vida.
Por ello, si lo inesperado, aquello
con lo que no contaba en mis planes, es una realidad percibida como un
obstáculo, una amenaza o una carga, aun siendo verdad esa percepción de
entrada, y no hago nada para cambiarla o darle la vuelta, la asumiré con una actitud
aletargada y pasiva, que me mantendrá a la espera, en la inactividad de ver qué
pasa. Pero, si lo inesperado, es percibido no sólo como una realidad
desfavorable, si es el caso, sino que le doy la vuelta, y la asumo como una
oportunidad de crecimiento y aprendizaje que me da la vida para mejorarme como
persona, entonces mi actitud será una actitud activa y dinámica que me conducirá a la
creatividad, la innovación, al ingenio, al fortalecimiento mental y espiritual
para resolver problemas y no dejarme vencer por las adversidades inesperadas.
No obstante, lo inesperado no suele
ser siempre aquello que se presenta con la intención destruir nuestros planes
de vida, sino como aquellas experiencias necesarias que debemos vivir para
proyectarnos con mayor fuerza hacia la búsqueda de los sueños que aspiramos lograr. Aunque suela ser difícil, se debe aceptar que es imposible
controlar con exactitud el acontecer de la vida, ya que vivir es un
hacerse mediante la participación imperativa de la posibilidad de lo inesperado, y esa parte de no saber con certeza lo
que sucederá, es lo que hace de la vida un hecho único e inigualable, y sólo debe generar en
nosotros el deseo de vivirla plenamente.
Significa entonces, que lo inesperado puede
terminar convirtiéndose en lo mejor que nos puede pasar en la vida, llevándonos a
vivir nuevas experiencias que de otra manera tal vez nunca habríamos vivido. Lo inesperado
nos impulsa hacer cambios, y esos mismos cambios nos pueden permitir encontrar nuestro
verdadero camino. Dejemos que la vida siga su curso, no desde
la deriva, sino aceptando la posibilidad de dejar que la vida misma nos coloque
en situaciones inesperadas que necesitamos vivir para crecer, para que quienes
tienen fe, puedan disponerse a la buena voluntad de nuestro padre celestial, porque
sólo él conoce lo que hay en nuestros pensamientos y corazones, por lo que sólo
él sabe que es mejor para nosotros, como esta escrito en salmos 139(2):
139 Oh Jehová, tú me has
examinado y conocido.
2 Tú has conocido mi
sentarme y mi levantarme;
Has entendido desde lejos mis pensamientos.
Has entendido desde lejos mis pensamientos.
3 Has escudriñado mi
andar y mi reposo,
Y todos mis caminos te son conocidos.
Y todos mis caminos te son conocidos.
4 Pues aún no está la
palabra en mi lengua,
Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.
Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.
5 Detrás y delante me
rodeaste,
Y sobre mí pusiste tu mano.
Y sobre mí pusiste tu mano.
6 Tal conocimiento es
demasiado maravilloso para mí;
Alto es, no lo puedo comprender.
Alto es, no lo puedo comprender.
7 ¿A dónde me iré de tu
Espíritu?
¿Y a dónde huiré de tu presencia?
¿Y a dónde huiré de tu presencia?
8 Si subiere a los
cielos, allí estás tú;
Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.
Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.
9 Si tomare las alas
del alba
Y habitare en el extremo del mar,
Y habitare en el extremo del mar,
10 Aun allí me guiará tu
mano,
Y me asirá tu diestra.
Y me asirá tu diestra.
11 Si dijere:
Ciertamente las tinieblas me encubrirán;
Aun la noche resplandecerá alrededor de mí.
Aun la noche resplandecerá alrededor de mí.
12 Aun las tinieblas no
encubren de ti,
Y la noche resplandece como el día;
Lo mismo te son las tinieblas que la luz.
Y la noche resplandece como el día;
Lo mismo te son las tinieblas que la luz.
13 Porque tú formaste
mis entrañas;
Tú me hiciste en el vientre de mi madre.
Tú me hiciste en el vientre de mi madre.
14 Te alabaré; porque
formidables, maravillosas son tus obras;
Estoy maravillado,
Y mi alma lo sabe muy bien.
Estoy maravillado,
Y mi alma lo sabe muy bien.
15 No fue encubierto de
ti mi cuerpo,
Bien que en oculto fui formado,
Y entretejido en lo más profundo de la tierra.
Bien que en oculto fui formado,
Y entretejido en lo más profundo de la tierra.
16 Mi embrión vieron tus
ojos,
Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas
Que fueron luego formadas,
Sin faltar una de ellas.
Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas
Que fueron luego formadas,
Sin faltar una de ellas.
17 !!Cuán preciosos me
son, oh Dios, tus pensamientos!
!!Cuán grande es la suma de ellos!
!!Cuán grande es la suma de ellos!
18 Si los enumero, se
multiplican más que la arena;
Despierto, y aún estoy contigo.
Despierto, y aún estoy contigo.
19 De cierto, oh Dios,
harás morir al impío;
Apartaos, pues, de mí, hombres sanguinarios.
Apartaos, pues, de mí, hombres sanguinarios.
20 Porque blasfemias
dicen ellos contra ti;
Tus enemigos toman en vano tu nombre.
Tus enemigos toman en vano tu nombre.
21 ¿No odio, oh Jehová,
a los que te aborrecen,
Y me enardezco contra tus enemigos?
Y me enardezco contra tus enemigos?
22 Los aborrezco por
completo;
Los tengo por enemigos.
Los tengo por enemigos.
23 Examíname, oh Dios, y
conoce mi corazón;
Pruébame y conoce mis pensamientos;
Pruébame y conoce mis pensamientos;
24 Y ve si hay en mí
camino de perversidad,
Y guíame en el camino eterno.
Y guíame en el camino eterno.
CITAS:
1.
Copiado del muro de virginia vivas
2.
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Una vez que uno es consciente de su existencia, se encamina a darle un sentido, un significado, sobre todo, una dirección...
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