“El liderazgo es una
cuestión de inteligencia, honradez, humanidad, coraje y disciplina… cuando uno
tiene las cinco virtudes todas juntas, cada una correspondiente a su formación,
entonces uno puede ser un líder(1)”.
Desde
hace décadas se ha venido definiendo el liderazgo como la capacidad de influir
en el pensamiento y conducta de las personas para su conducción u orientación.
Esta influencia puede ser positiva (Gandhi(2), Mandela(3))
o negativa (Hitler(4), Pol Pot (5)), y se ejerce con
preferencia a través del “arte de la dirección(6)”. Asimismo,
existen diferentes caracteres de liderazgos que están sujeto a la propia
condición cognitiva y afectiva, social y cultural de los propios líderes, cuyo
liderazgos se desarrolla de manera análoga (corresponde con la realidad) o
antagónica (no corresponde con la realidad); conservadora (apegada a lo
tradicional) o vanguardista (abierta a la innovación); autocrática (sin
libertades) o democrática (con libertades), entre otras.
Como es
sabido, el liderazgo en la sociedad cumple un rol protagónico de gran
importancia y valor para los grupos sociales, quienes depositan a uno o a
varios de sus miembros, la confianza para que sean estos sus representantes y
guías en la sociedad, convirtiéndolos en modelos a seguir. Por lo que el
liderazgo, para quienes lo ostentan, significa una enorme carga de
responsabilidad, ya que son los principales garantes de generar prosperidad y
bienestar a sus seguidores, o de lo contrario, producir desasosiego y
calamidades que pueden ser nefastas para los mismos.
En este
sentido, es de gran valor que el líder o líderes desarrollen un liderazgo
productivo para la sociedad. Pero para tal fin, es necesaria la formación de
liderazgo. En la actualidad el líder nace, se hace, pero también se forma. En
la primera se afirma que existen personas que nacen con disposiciones innatas
para sobresalir en determinadas funciones que los hacen líderes. En cuanto a la
segunda, revela que a su vez existen personas que a través de la
autodeterminación adquieren por la práctica y estudio, competencias para
sobresalir en determinadas funciones, convirtiéndose en líderes. Pero a lo que
se refiere la tercera, es a la intencionalidad formativa de liderazgo, que no
sólo parte del talento o la autodeterminación, sino al propio proceso formativo
dirigido a la construcción de lo que debe ser un líder.
A tal
efecto, diversas organizaciones e instituciones académicas, políticas,
religiosas, deportivas, empresariales, entre otras alrededor del mundo,
fomentan programas de estudio para la formación de diferentes tipos de
liderazgos. Por otra parte, el mercado editorial conocido como de autoayuda,
ofrece centenares de bibliografías relacionadas con este tema. Haciendo
referencia a Venezuela, no está exenta a estas iniciativas para la formación de
liderazgo, pero presentan limitaciones para que tengan el alcance que se aspira
en nuestra sociedad, en cuanto que todavía no es considerada como política
educativa de Estado. Por lo que la formación de liderazgo propiamente como
programa o materia, está ausente en casi todos los niveles de nuestro sistema
de educación, dejando dicho espacio de necesidad, para que sea abordado por
entidades privadas, que no todos tienen acceso, en especial quienes no pueden
costear los programas formativos de liderazgo que ofrecen en el mercado
(diplomados, cursos, talleres, congresos, libros, entre otros).
Nuestro
sistema educativo universitario, por ejemplo, está diseñado más para la
formación de gerentes que de líderes. Los egresados de las mismas, son
excelentes administradores, organizadores, planificadores, saben hacer
proyecciones y tomar decisiones dentro de un marco metodológico según su
especialidad, pero no saben liderar, presentan dificultades a la hora de
incidir en las personas sin apelar a su autoridad. Esto se debe, a que no se
les educó, que liderar muchas veces significa comprometerse con el contexto y
sus circunstancias, bajo la fomentación de valores y principios enmarcados por
la ecuanimidad e imparcialidad para la justicia; como la flexibilidad y
compresión para abordar a las personas desde el aspecto humano y no por su
posición profesional, laboral o social. Tal proceder corresponde a los
liderazgos de rango positivo, pero que no son educados como materia o
asignatura dentro de los pensum de estudio, sólo parte de la iniciativa
particular de algunos profesores u organizaciones que hacen vida en las
universidades, que asumen la función de impartir formación de liderazgo.
Por tal
motivo, la formación de liderazgo como política educativa de estado,
contribuiría al desarrollo social y humano de Venezuela, porque se lograría la
formación de un liderazgo comprometido e identificado con el ideal
constitucional; de líderes democráticos con visión pluralista y participativa,
amantes de la justicia y defensores de los derechos sociales y humanos,
encaminados al desarrollo del país en sus diferentes áreas, para la
construcción de una nación grande y prospera, como única bandera de liderazgo.
Cabe destacar, que nuestra historia tiene un antecedente que muestra el valor
que tiene la formación de liderazgo en las personas, sobre todo cuando se
imparte a temprana edad. Es el caso del Gran Maestro Simón Rodríguez(7),
quien siempre apelo a la educación más por su valor intencional que la
facilitación de simples saberes: “Enseñen, y tendrán quien sepa; eduquen, y
tendrán quien haga”. Es la finalidad intencional de la educación la que marca
la diferencia, y ésta se encuentra reflejada en su obra maestra: el propio
Simón Bolívar(8), un líder formado para la libertad.
En fin,
la formación de liderazgo en nuestras escuelas y universidades como asignatura
de los pensum de estudios, permitiría la formación de líderes promotores de
liderazgos fundamentados en valores y principios democráticos y éticos, siendo
amantes de la justicia y el bienestar social. A su vez elevaría la cultura
ciudadana, para diferenciar entre un liderazgo eficiente, productivo y honesto
del que no lo es, como también, brindar la oportunidad para quienes aspiran a
convertirse en grandes líderes comprometidos con el desarrollo social y humano
del país, teniendo así, ninguna limitación, más que su propia motivación de
emprenderse como líderes.
CITAS
1.Sun
Tzu (544-496 ac) Chino. Autor: “El arte de la guerra”.
2.Gandhi,
(1869-1948), político Indio. Dirigió la lucha de la independencia de la
india.
3.Mandela,
(1918-2013), político sudafricano. Nobel de la paz 1993. Presidente 1994-1999.
4.Hitler,
(1889-1945), Jefe del Estado Alemán 1933-1945. Desencadenó la II guerra mundial.
5.Pol
Pot fue un dictador camboyano desde 1960 hasta 1998, principal responsable del
genocidio en Camboya.
6.
Ricardo Riccardi: “Dinámica de la Dirección”. Ediciones RIAL P,S.A 1959
7.Simón
Rodríguez, (1769-) Maestro venezolano. Tutor de Simón Bolívar.
8.
Simón Bolívar, (1783-1830). Militar y político venezolano, llamado el
Libertador. Logró la independencia de Venezuela y otras cuatro naciones del
continente sudamericano.
IMAGEN:http://www.inglesvlc.com/oferta.html
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