sábado, 27 de diciembre de 2014

Mirar Atrás




“Si vas a mirar tras, que sea para recordar como
                                                      llegaste a donde estas… Nunca para volver(1)
 

He aprendido con los años, que para poder comprender mi presente, debo estar consciente de mi pasado. Al mirar atrás, en especial, sobre mis acciones puedo hacer una especie de exploración que me permite documentar lo que ha sido la vida de mi vida, releyéndola de tal manera, que llego a comprender en cierta medida, el porque estoy en lugar en el que estoy, porque hago lo que hago, y porque vivo la vida que vivo.

Mirar atrás, me da la oportunidad de reencontrarme con quien he sido durante todo este tiempo: un soñador ingenuo con una infancia feliz, de corre corre, comics y héroes, para luego ser un soñador incomprendido y fuera de lugar, hasta la entrada de la madurez, cuando entendí, que no era ni soy el único loco soñador. Mirar atrás, me da también la oportunidad, de volver a pasearme por caminos ya recorridos, apreciando una vez más, los momentos vividos y compartidos con quienes han sido y son importantes en mi vida, quienes de un u otro modo han contribuido en el desarrollo de mi personalidad, carácter, convicciones, y en primer lugar, en la conquista y búsqueda de mis sueños.

Pero mirar atrás, no siempre ha sido fácil, sin querer, reabro viejas heridas de sueños rotos, de sueños caídos, donde las lágrimas han jugado su rol protagónico. Pero, a pesar de algunos momentos grises de mi pasado, no me niego de la oportunidad de mirar atrás cada vez que puedo, porque al final sobreabundan los momentos felices. Y es cuando me doy cuenta de lo afortunado que soy, porque estoy vivo y puedo vivir la vida que Dios ha diseñado para mí: una vida llena de sueños, donde lo importante no son los sueños en sí mismos y menos si los logro o no, sino el recorrido que realizo en la búsqueda de dichos sueños, lo que agrega significado y da valor a mi vida.

Por ello, al mirar atrás, tiene sentido para valorar mi presente; para no olvidar mis orígenes, ni el lugar desde donde comencé; para aprender de mis gratas experiencias, como las que no lo son tanto; para reconocer lo que tengo al frente, reconociendo a quienes me han acompañado y a los que aun caminan a mi lado, siendo instrumentos de luz que Dios dispone para mi vida; para continuar hacia adelante, hacia aquel inesperado porvenir que espera por mí.
CITA: 
1. Anónima

1 comentario:

  1. He aprendido con los años, que para poder comprender mi presente, debo estar consciente de mi pasado...

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