“Si vas a mirar tras, que sea para recordar como
llegaste
a donde estas… Nunca para volver(1)”
He
aprendido con los años, que para poder comprender mi presente, debo estar
consciente de mi pasado. Al mirar atrás, en especial, sobre mis acciones puedo
hacer una especie de exploración que me permite documentar lo que ha sido la
vida de mi vida, releyéndola de tal manera, que llego a comprender en cierta
medida, el porque estoy en lugar en el que estoy, porque hago lo que hago, y
porque vivo la vida que vivo.
Mirar
atrás, me da la oportunidad de reencontrarme con quien he sido durante todo este
tiempo: un soñador ingenuo con una infancia feliz, de corre corre, comics y
héroes, para luego ser un soñador incomprendido y fuera de lugar, hasta la
entrada de la madurez, cuando entendí, que no era ni soy el único loco soñador.
Mirar atrás, me da también la oportunidad, de volver a pasearme por caminos ya
recorridos, apreciando una vez más, los momentos vividos y compartidos con
quienes han sido y son importantes en mi vida, quienes de un u otro modo han
contribuido en el desarrollo de mi personalidad, carácter, convicciones, y en
primer lugar, en la conquista y búsqueda de mis sueños.
Pero
mirar atrás, no siempre ha sido fácil, sin querer, reabro viejas heridas de
sueños rotos, de sueños caídos, donde las lágrimas han jugado su rol
protagónico. Pero, a pesar de algunos momentos grises de mi pasado, no me niego
de la oportunidad de mirar atrás cada vez que puedo, porque al final
sobreabundan los momentos felices. Y es cuando me doy cuenta de lo afortunado
que soy, porque estoy vivo y puedo vivir la vida que Dios ha diseñado para mí:
una vida llena de sueños, donde lo importante no son los sueños en sí mismos y
menos si los logro o no, sino el recorrido que realizo en la búsqueda de dichos
sueños, lo que agrega significado y da valor a mi vida.
Por ello,
al mirar atrás, tiene sentido para valorar mi presente; para no olvidar mis
orígenes, ni el lugar desde donde comencé; para aprender de mis gratas
experiencias, como las que no lo son tanto; para reconocer lo que tengo al
frente, reconociendo a quienes me han acompañado y a los que aun caminan a mi
lado, siendo instrumentos de luz que Dios dispone para mi vida; para continuar
hacia adelante, hacia aquel inesperado porvenir que espera por mí.
CITA: 1. Anónima
He aprendido con los años, que para poder comprender mi presente, debo estar consciente de mi pasado...
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