miércoles, 22 de abril de 2015

Atreverse






“Nunca midas la altura de una montaña hasta que no hayas llegado a la cumbre. Entonces verás que no era tan alta como pensabas.”(1)



No se llega a la cima de la montaña, sin antes tomar la decisión de escalarla, que a su vez está precedida por el atrevimiento, ya que no basta sólo con querer y desear, ni si quiera con poder, porque aun pudiendo no es suficiente para asumir tal desafío.  Es en ese momento cuando el atrevimiento juega un papel importante a la hora de encarar retos que ameritan un pronto accionar, siendo consciente con lo que se exige de nosotros, debido que el atrevimiento surge de esa interrogante provocativa, tentadora y desafiante, que apela a nuestro valor: ¿a qué no te atreves?

Ante esta situación, el atrevimiento no es más que la respuesta que se da a esos retos que necesitan que se les haga frente sin vacilaciones, que exigen una seguridad cargada de un valor interno para hacer lo que en otras instancias rehuiríamos; el atrevimiento nos excusa de los efectos y consecuencias de lo que pasará, porque no busca medir los fines o resultados, mediante el mismo, lo que se busca es más de vivir el momento, sólo por el hecho de sentir y demostrar de que sí somos capaces de hacer aquello que la vida nos reta atrevernos. 

En concordancia, se puede afirmar, que no se llega a la cima de la montaña, sino se tiene el atrevimiento necesario que nos llena de valor para asumir y hacer frente sin vacilaciones a los riesgos que implica escalar una montaña. De igual modo, la vida nos coloca desafíos que se asemejan a las montañas, y que nos invitan atrevernos a creer que sí podemos alcanzar sus cimas. 

El poder sumar un poco de atrevimiento a nuestro día a día, nos permitiría pasar de una montaña a otra sin dejarnos amilanar por su inmensidad, es decir, me atrevo a enfrentar mis miedos para lograr mis metas, con la convicción férrea de que si puedo alcanzar  la cima de mis sueños. 


CITA:
1. Sir John Lubbock, primer barón de Avebury, nació en Londres en 1834 y murió en 1913.

1 comentario:

  1. No se llega a la cima de la montaña, sin antes tomar la decisión de escalarla, que a su vez está precedida por el atrevimiento..

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