El exitoso es colocado en el centro
del podio para recibir lo más altos honores en reconocimiento por sus hazañas
logradas, en especial, para ser idolatrado, admirado y querido por quienes se
sienten representados por sus logros, quienes aprecian a través de los mismos
la creencia de hacer posible lo imposible. Pero también están los otros,
quienes lo ven con recelo, que dudan de su veracidad y tienden a menoscabar sus
logros.
Por consiguiente, las personalidades
consideradas exitosas están expuestas ante las miradas de todos, lo que a su
vez, exponen sus logros frente a las críticas. En esta situación se debe ir con
mesura a la hora de señalar a los exitosos con una crítica, ya que si esta no está
acompañada de un buen razonamiento o de un antecedente que iguale en
condiciones por parte de quien critica al que ostenta el éxito, coloca una
cierta tilde de envidia y resentimiento, siendo así una crítica cuya terminación
puede destruir.
A diario existen personas que viven
criticando a quienes son exitosos en los diferentes ámbitos profesionales, quienes
están en la vanguardia de los deportes, las ciencias y tecnología, los negocios
y las artes, por decir los más renombrados. Estas personas que critican, en la
mayoría de las veces lo hacen sin ningún tipo de fundamento, critican por
criticar, cuando estas mismas personas no han logrado nada importante en su
carrera profesional.
Es irresponsable mencionar, que el “exitoso es exitoso porque la tuvo fácil en
la vida”; “que llegó a donde llegó
porque no enfrentó verdaderos obstáculos, teniendo todo a su disposición”;
pero cabe preguntarse, cuántas personas han tenido lo necesario para triunfar y
no lo hicieron. Se puede notar un toque de resentimiento por quienes hacen este
tipo de comentarios, que en definitiva, son personas que se dejaron vencer por
las dificultades y limitaciones que encontraron en su propio camino, y por ello
menosprecian el éxito de quienes no se dejaron vencer, y por el otro lado, son
crueles con quienes se encuentran en su misma posición, haciendo leña del árbol
caído cuando el exitoso por alguna razón fracasa.
Se puede entender a la no aceptación,
que se nos quiera vender a los exitosos como seres perfectos, hechos de otra
galaxia, y peor aún, relacionándolos con riquezas materiales que producen felicidad
en la cumbre del éxito. A esta concepción falseada, fabricada por la publicidad
para el consumo, se le debe hacer oposición, porque son muchos los casos que
demuestran que los exitosos no son nada perfectos, que se equivocan, cometen errores
y el amor por la riqueza material termina corrompiendo en varios de ellos sus
carreras, incluso, destruyendo su vida personal.
Entendiendo esta parte, se adquiere
una percepción ampliada y apegada a la realidad, donde se puede comprender que
las personas exitosas no son perfectas, sino lo opuesto, son tan comunes como
cualquier otra persona, lo que las hace alcanzables, convirtiéndose en
importantes modelos por quienes sueñan con el éxito, sólo un exitoso o con
hambre de éxito, reconoce y sigue a otro exitoso. Al seguir a otras personas
que han logrado profesionalmente éxitos en sus carreras, se puede aprender de
ellos, sobre sus errores y aciertos.
En este sentido, al hacer un seguimiento
minucioso de las personas exitosas, se aprende de ellas, que detrás todo éxito
profesional, se encuentra la superación de grandes obstáculos, lo cuales pueden
ser sólo superables cuando se tiene el valor y el compromiso de trabajar diariamente
para vencer las propias debilidades internas y externas; cuando se tiene la
plena disposición de hacer enormes esfuerzos por darle prioridad a lo que es
importante para el alcance de nuestras metas; cuando se tiene el atrevimiento
de soñar despierto, dejando volar la imaginación, ya que no se puede comenzar
sin antes visualizar a donde se quiere llegar.
Detrás del éxito profesional, existen
personas comunes que aspiran hacer la diferencia, capaces de escalar entre tropiezos
y fracasos, a no rendirse ante los obstáculos, entregándose de lleno a sus
sueños sin medir lo distantes que estos puedan estar.
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