martes, 12 de abril de 2016

Detrás del Éxito Profesional




El exitoso es colocado en el centro del podio para recibir lo más altos honores en reconocimiento por sus hazañas logradas, en especial, para ser idolatrado, admirado y querido por quienes se sienten representados por sus logros, quienes aprecian a través de los mismos la creencia de hacer posible lo imposible. Pero también están los otros, quienes lo ven con recelo, que dudan de su veracidad y tienden a menoscabar sus logros. 

Por consiguiente, las personalidades consideradas exitosas están expuestas ante las miradas de todos, lo que a su vez, exponen sus logros frente a las críticas. En esta situación se debe ir con mesura a la hora de señalar a los exitosos con una crítica, ya que si esta no está acompañada de un buen razonamiento o de un antecedente que iguale en condiciones por parte de quien critica al que ostenta el éxito, coloca una cierta tilde de envidia y resentimiento, siendo así una crítica cuya terminación puede destruir. 

A diario existen personas que viven criticando a quienes son exitosos en los diferentes ámbitos profesionales, quienes están en la vanguardia de los deportes, las ciencias y tecnología, los negocios y las artes, por decir los más renombrados. Estas personas que critican, en la mayoría de las veces lo hacen sin ningún tipo de fundamento, critican por criticar, cuando estas mismas personas no han logrado nada importante en su carrera profesional.

Es irresponsable mencionar, que el “exitoso es exitoso porque la tuvo fácil en la vida”; “que llegó a donde llegó porque no enfrentó verdaderos obstáculos, teniendo todo a su disposición”; pero cabe preguntarse, cuántas personas han tenido lo necesario para triunfar y no lo hicieron. Se puede notar un toque de resentimiento por quienes hacen este tipo de comentarios, que en definitiva, son personas que se dejaron vencer por las dificultades y limitaciones que encontraron en su propio camino, y por ello menosprecian el éxito de quienes no se dejaron vencer, y por el otro lado, son crueles con quienes se encuentran en su misma posición, haciendo leña del árbol caído cuando el exitoso por alguna razón fracasa. 

Se puede entender a la no aceptación, que se nos quiera vender a los exitosos como seres perfectos, hechos de otra galaxia, y peor aún, relacionándolos con riquezas materiales que producen felicidad en la cumbre del éxito. A esta concepción falseada, fabricada por la publicidad para el consumo, se le debe hacer oposición, porque son muchos los casos que demuestran que los exitosos no son nada perfectos, que se equivocan, cometen errores y el amor por la riqueza material termina corrompiendo en varios de ellos sus carreras, incluso, destruyendo su vida personal. 

Entendiendo esta parte, se adquiere una percepción ampliada y apegada a la realidad, donde se puede comprender que las personas exitosas no son perfectas, sino lo opuesto, son tan comunes como cualquier otra persona, lo que las hace alcanzables, convirtiéndose en importantes modelos por quienes sueñan con el éxito, sólo un exitoso o con hambre de éxito, reconoce y sigue a otro exitoso. Al seguir a otras personas que han logrado profesionalmente éxitos en sus carreras, se puede aprender de ellos, sobre sus errores y aciertos. 

En este sentido, al hacer un seguimiento minucioso de las personas exitosas, se aprende de ellas, que detrás todo éxito profesional, se encuentra la superación de grandes obstáculos, lo cuales pueden ser sólo superables cuando se tiene el valor y el compromiso de trabajar diariamente para vencer las propias debilidades internas y externas; cuando se tiene la plena disposición de hacer enormes esfuerzos por darle prioridad a lo que es importante para el alcance de nuestras metas; cuando se tiene el atrevimiento de soñar despierto, dejando volar la imaginación, ya que no se puede comenzar sin antes visualizar a donde se quiere llegar. 

Detrás del éxito profesional, existen personas comunes que aspiran hacer la diferencia, capaces de escalar entre tropiezos y fracasos, a no rendirse ante los obstáculos, entregándose de lleno a sus sueños sin medir lo distantes que estos puedan estar.  

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