viernes, 2 de agosto de 2013

¿Soledad Amiga o Enemiga?


¿Cómo definir estado de soledad? Me lo he venido preguntado, respondiéndome junto a ella: sólo eres tú y nadie más que tú, en compañía de la soledad que se viste de recuerdos y sentimientos que reviven o marchitan, convirtiéndose en el reflejo de lo que eres, representas para ti y para otros.

La soledad puede ser como un dulce vino que regocija el corazón, porque a través de su compañía puedes mirar y apreciar lo que vive dentro de ti, tu “yo”, ese ser que protagoniza tu vida, el que creas y lo reinventas todos los días, aunque a veces suela hacerte llorar, aun así, lo amas como a nadie porque eres tú. Pero como todo vino, en exceso puede marchitarte, porque terminas aislándote y quitándole a tu “yo” la oportunidad de brillar en otros, y con ello a ti, porque te abrazas a la soledad con la intención de cuestionarlo, discriminarlo, juzgarlo y culparle, culpándote a ti por no ser quien esperabas ser y por vivir la vida de la manera que no deseabas vivir.

La soledad puede ser tu amiga y a la vez tu enemiga, pero eres tú quien le das dicho rol. Es tu amiga sí por medio de ella te permites reflexionar y encontrarte con tu “yo interior”, lo que te lleva a conocerte por entero, para disfrutar de tu vida a plenitud; para realizar esas actividades que sólo son tuyas y te hacen feliz, porque una vez que aprendes a relacionarte contigo mismo, logras apreciar al máximo la compañía de los demás. Ahora la soledad se convierte en tu enemiga, cuando te refugias en ella para destruir a tu “yo”, por inconformidad con quien eres y representas en ese momento, y es ésta la soledad que mata, porque te matas a ti mismo.


He de mencionar que se quiera o no, se debe aprender a convivir con la soledad (que eres tú con tu yo), porque significa la oportunidad de obsequiarse un espacio de tiempo hermoso, para reflexionar el trayecto hasta ahora de una vida. Además nunca se estará en su totalidad solo: “la presencia de Dios es la mejor de todas las compañías”

Aquí les dejo un poema de Karen Mozeltin de México:

Soledad
Tu mi amiga incondicional.
Tu que me haces reflexionar.
Tu a la que tarde o temprano he de conocer.
Tu a la que no quiero tener.
Tu la que sabes mis pesares.
Tu la que vienes pisándome los talones
y al ver que no hay nadie a mi alrededor,
me capturas, me llevas a un lugar,
muy lejos de aquí donde solo estamos los dos.

Tu la que me traes recuerdos a mi mente.
Tu a la que puedo evitar con una compañía.
Tu la que a veces eres la mejor compañía.
Tu a la que no quiero pero a veces necesito.
A ti te doy las gracias por ser siempre fiel. 

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