lunes, 27 de julio de 2015

A la Vuelta de la Esquina





“Hay algo que da esplendor a cuanto existe, y es la ilusión de encontrar algo a la vuelta de la esquina" (*)



No tiene tanta importancia mirar las manecillas del reloj cuando el tiempo sobra y la meta está distante, lo que impera es el deseo de salir a dar los primeros pasos que conducirán hacia la meta pautada. Pero, cuando la meta esta a la vuelta de la esquina, mirar las manecillas del reloj se vuelve una constante. Entonces, se comienza a valorar de una manera peculiar cada uno de los pasos dados y de los que no pudieron darse, resaltando estos últimos, que pasan hacerse supuestos que merodean la cabeza para responder interrogantes que se responden por si solas, con un tal vez de entrada y un suspiro resignado de cierre, entendiéndose que el momento apremia y las paginas subsiguientes piden ser leídas, al fin al cabo, no se puede cambiar lo que ha quedado atrás en el pasado.

Pero no es sencillo mantener una lectura consecuente con las circunstancias en la recta final, porque comienza hacerse pesada y difícil de comprender, resultando con ironía que el trayecto final hacia la meta es el más duro de todo el recorrido, debido que aparecen los verdaderos obstáculos, donde la duda reluce queriendo participar, para flaquear la seguridad en la toma de decisiones y de las capacidades para ejecutarlas, distanciando así las posibilidades de logro frente a todos los contras que no se vieron en un principio, pero que ahora si se muestran sin tapujo ante la mirada.

Aunque, en honor a la verdad, dicha duda no viene desde afuera, sino desde adentro, en aquel rincón oscuro donde se ocultan los miedos, siendo gracioso en reconocer, que la oposición más grande es la que uno se ejerce así mismo. Esa oposición que va acompañada de un miedo que cambia la iniciativa por la pasividad, el optimismo por la desesperanza, las virtudes por los defectos, las posibilidades por la falta de las mismas, invitando a participar al desgano y desinterés para no continuar, conllevando a la aceptación del conformismo como vía de escape, para justificar un sueño fallido que predica que vale con sólo  haberlo intentado. En este punto, se debe apelar a la negación de no rendirse, de vivir y revivir en el fracaso sin renunciar nunca, hasta hacer del fracaso una posibilidad enorme de éxito, porque quien lucha con perseverancia y aprende de sus fracasos termina logrando sus sueños, y aun no logrando nada, logra vivir una vida llena de viviencias que otros jamás viviran.  

Cuando se está ya a la vuelta de la esquina para alcanzar ese sueño trabajado, es el momento para descubrir con fortuna de que se está hecho, porque es en ese espacio de tiempo cuando debe manifestarse lo mejor que identifica y define quien soy. 

CITA:
(*) Gilbert Keith Chesterton Londres, 29 de mayo de 1874 - Beaconsfield, 14 de junio de 1936, más conocido como G. K. Chesterton, fue un escritor y periodista británico de inicios del siglo XX. Cultivó, entre otros géneros, el ensayo, la narración, la biografía, la lírica, el periodismo y el libro de viajes

1 comentario:

  1. Cuando la meta esta a la vuelta de la esquina, mirar las manecillas del reloj se vuelve una constante...

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