lunes, 11 de enero de 2016

Un año ido




Un año ido, es como otro capítulo que hemos escrito sobre esa historia cuyo título tiene plasmado nuestro nombre, otro capítulo que se escribió a la par de nuestras decisiones, quedando enmarcado en él, aquellas vivencias compartidas de doce meses, que pudieron haber sido alegres o tristes o amabas, o tal vez ninguna, lo cierto es que de este modo se habrá sumando un año más de vida, un año más que nos hizo algunos más viejos, un año más que nos acorto la existencia, una año más de lamentaciones que se fue, y así sucesivamente para quienes nos sentimos en deuda con su partida, para quienes nos sentimos desilusionados por no ser lo que se esperaba, por no lograr las metas establecidas, recordándonos el cierre de un espacio de tiempo, donde se dejaron unas cuantas brechas abiertas, que hoy brotan de ellas, remordimientos que nos reclaman por no haber valorado lo que era importante en nuestra vida, revelando que el año se nos escapó sin darnos cuenta, que se nos fue en un trayecto difícil de sobrellevar, endeudándonos con nosotros mismos por no haber actuado en el momento oportuno, por no haber sabido aprovechar las invitaciones a vivir, por no haber entendido los hechos que debieron ser significativos, por no haber apreciado la compañía de quienes de verdad les importábamos, pero más aun, por no haber notado en el transcurrir de los meses, que el año que partió, se llevaba consigo un tiempo único de nosotros, y considerando que el tiempo es inexorable, éste no perdona ni es justo con nadie, sólo se va, y una vez que parte, es irrecuperable, no regresa, no nos permite retrotraernos para revivir lo que ahora es un simple recuerdo.

En esta instancia, descubrimos, que un año que dejó de ser, nos muestra la intransigencia del tiempo, que en su transcurrir siempre va hacia adelante y nunca hacia atrás, haciéndonos entender, que no se puede desaprovechar cada una de las palabras con que lo medimos, que unos minutos, un par de horas, unos cuantos días, son oportunidades temporales que está a nuestra disposición para llenarlas de momentos memorables que den sentido a nuestra vida. Que sólo basta unos minutos para percibir la belleza escondida de los detalles, para admirar el revoleteo de una mariposa en el aire, sentir la fresca brisa vespertina que nos acaricia, impregnarse de la carismática sonrisa de quien nos ama.   

Un año ido, es un tiempo que se fue, que se llevó consigo una parte más de nuestro pasado, pero también su culminación es la entrada hacia el futuro, es el inicio de un nuevo año que nos ofrece otra oportunidad, donde podemos marcar la diferencia respecto al año que concluyó, que esta vez podemos valorar lo que en verdad tiene importancia en nuestra vida, que esta vez, sabremos combinar esa relación entre hecho y tiempo, donde cada minuto y cada hora de cada día, las llenaremos de momentos plenos y valederos, que nos llenen de felicidad, que nos hagan sentir vivos, de tal manera, de no volver a endeudarnos con la vida.

Por ello, un año ido es la conclusión de lo que fuimos ayer, el inicio de un nuevo año, es lo que seremos a partir de hoy. Está en nuestras manos la oportunidad de hacer de este año, un año único y especial, conduciéndonos a fortalecer nuestra mente, cuerpo y espíritu, encomendándonos a Dios, apreciando a la familia y amigos, determinados admirar los detalles de la vida, entregándonos a las distintas formas de amar, sonriéndole a los días sin importar los grises que puedan llegar a ser.  

1 comentario:

  1. Un año ido es la conclusión de lo que fuimos ayer, el inicio de un nuevo año, es lo que seremos a partir de hoy

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