martes, 21 de febrero de 2017

NATHALY SEVILLA FLORES: Ejemplo de Humildad y Sencillez







Hay personas que necesitan hacer mucho para poder liderar, en cambio tú, con muy poco logras influir tu liderazgo en los demás, quienes ven en ti, toda la palabra de autenticidad, que te acredita como una líder natural, aunque a veces, tú misma no lo percibas así, sólo basta cruzarse con tu mirada para notar que emanas plena espontaneidad para el liderazgo.

Sueles ser de cortas palabras, pero cuando das libertad a tus palabras, estas se expresan desde una lógica entendible, que orienta, anima y empuja avivarse por alcanzar los objetivos planteados; y es que tus palabras vienen cargadas de esa madurez que desde niña te hacia sobresalir, por ello, en más de una ocasión eras la elegida para ostentar en tu antebrazo la banda de capitana.

No cabe duda que verte desde las gradas defender tu posición, a tu grupo y los colores que abrazabas, encarando sin miedo a herirte a ti misma ante las disputas, para evitar que la esférica se te escapará, era ver tu corazón de guerrera expuesto a todo, ver el como te posesionabas de la esférica, adueñándote de ella, era ver algo mágico entre tus pies, que me hizo levantarme en varias ocasiones para ver algo hermoso,  que culminaba en las redes del rival.

Ahora recordando, no creo que te lo haya dicho, en tal caso, no recuerdo decírtelo con la debida seriedad, aunque si es cierto que todos los que me han acompañado, le he dicho que eres mi favorita, la número uno, la que siempre coloco como referente. 

Pero me agrada ahora mucho más, el hecho que cruzaste hacia mi línea, ahora estás en una faceta que de seguro estaba esperando para ti, donde has comenzado a escribir tu nueva historia, una que ya ha resaltado con placer en mis oídos, donde los comentarios afloran reconocimientos por la excelente conducción que estás realizando con tus pupilas, y es que aprendiste del mejor, que más podría venir de ti, sino pura calidad inca. 

Sabes, sólo quienes te hemos acompañado de la mano, conocemos la grandeza de tu humildad, no he conocido a nadie que fuera bueno haciendo algo y no exaltará su talento, aunque sea un poco. Tú siempre cediste de todo alago, siendo enemiga de la vanidad. 

Por ello admiro indiscutiblemente, tu humildad, como también admiro tu sencillez, esa sencillez que te define en cada palabra, en cada gesto, en cada movimiento, en cada cosa que haces.

Admiro el hecho de haberte conocido. Admiro que tengamos el mismo padre de la misma escuela, por lo que admiro que ambos en sus propios caminos, compartamos los mismos ideales.

Hace días recibiste tu titulación, logro que me llena de alegría, me costa toda la dedicación que has puesto por lograr tu meta académica, la cual te encamina hacia una nueva etapa en tu vida, en la que te deseo los mayores éxitos.

Ahora eres mi ingeniera favorita.   

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