Los ladrones y enterradores de sueños están por todas partes,
son representados por personas mal intencionadas que viven una vida de
resentimientos, frustraciones, llena de mentiras y engaños, cuyo único sentido
para sus vidas, si es que tiene algún sentido hacer lo que hacen, es contagiar
a los demás con su negatividad e incredulidad para justificar así su falta de
voluntad ante el desgano y desmotivación en la que viven sucumbidos, o peor aún
, estafar y jugar con los sueños de quienes caen en sus inescrupulosas manos.
Para los ladrones y enterradores de sueños, nada amerita grandes
esfuerzos y sacrificios, consideran que es una pérdida de tiempo la dedicación
y constancia hacia el dominio de una disciplina cultural, artística o deportiva, o
dedicar años de estudios para mejorarse profesionalmente en una carrera
científica, política, social o de negocio, si al final se puede conseguir las
mismas condiciones enterrando o robando sueños e ilusiones, encontrando caminos
fáciles para estar arriba de la pirámide de Maslow.
Por lo que son muchos los ladrones y enterradores de sueños que
alcanzan posiciones importantes a costa de apropiarse del trabajo de otros o
ser simples oportunistas del compañerismo de influencia, pero si algo es
cierto, son pocos los que pueden aparentar una vida exitosa, ya que más
temprano que tarde, caen por el propio peso de su autoengaño.
El ladrón de sueño es un experto en el arte del engaño y la
estafa, sabe manipular haciendo de la mentira una verdad, sabe como pasar
desapercibido para ocultar sus reales pretensiones y poder llegar a su fin:
robar el sueño de otros. Sabe cómo diseñar trabas y barreras desde donde no las
hay, para desanimar al soñador para luego apropiarse de sus sueños, haciéndolos suyos y presentándolos como de su propia autoría, llevándose todos los créditos. Porque
el ladrón de sueños se siente cómodo usurpando los sueños de los demás, aunque
no cree en los sueños en sí mismos, los considera cosas de fantasía,
interesándose sólo por su parte utilitaria, por lo que cree en las ideas que
promueven los soñadores, a los cuales acompaña hasta que les puede robar sus
creaciones, sacándoles posteriormente el mayor provecho, siendo el típico
personaje que coloca a todos a trabajar para su beneficio personal, a costa de
arrebatar los sueños de los verdaderos soñadores.
Por otra parte, el enterrador de sueño se identifica como un ser
despreciable, por lo que necesita hacer despreciable la vida de los demás, es
un envidioso por excelencia y resiente los éxitos de los que le rodea. Vive
del facilísimo y del oportunismo que obtiene de ciertos colegas, camaradas o
lazos familiares con los que logra ubicarse en cargos diligénciales, desde
donde se convierte en una muralla que frena a los soñadores, porque el
enterrador de sueños busca colocarle al soñador sus gafas con la que ve la
vida, las cuales resaltan el fatalismo, el pesimismo y la negatividad ante
cualquier iniciativa de hacer un sueño realidad, encontrándole un pero a todo
lo que puede hacerse posible en un momento dado, y un rotundo no a lo que es
posible a base de grandes esfuerzos, porque jamás apoyará la búsqueda de lograr
un proyecto proveniente de una raíz soñadora, desprecia los soñadores, y si
está en su alcance, impedirá a como de lugar a que estos hagan realidad sus sueños.
Por consiguiente, los soñadores debemos proteger y defender
nuestros sueños frente a los ladrones y enterradores de sueños. Debemos luchar
por hacerlos realidad sin importar las trabas y barreras que nos puedan
colocar. Aún más debemos proteger
y defender nuestros sueños de ese pequeño ladrón y enterrador que suele a veces
aparecer dentro de nosotros, porque este si causa un daño enorme y puede ser
irreparable, porque mata los sueños desde adentro, y sin esa motivación interna
emanada de los sueños, terminamos convirtiéndonos en autómatas sin aspiraciones
ni ilusiones en la vida.
No debemos dejar espacios para los ladrones y enterradores de
sueños. Si creemos en nosotros mismos, en nuestras cualidades y destrezas,
podemos de seguro alcanzar cualquier sueño que nos propongamos por más
imposible que pueda parecernos.
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