Existen personas que siendo extraordinarias
ignoran que lo son, de seguro porque no gastan esfuerzo en serlo, simplemente
lo son. Por lo que es gratificante tener la oportunidad de compartir desde la
perspectiva de un hombre que se ha venido formando en el carácter de la
frontalidad, de no guardarse nada, cuando tiene que expresar lo que siente, lo
expresa sin mezclar matices, lo que es blanco es blanco y lo que es negro es
negro, para él no hay puntos intermedios, por lo que la honestidad se hace
presente cuando te mira a la cara y te describe sin titubear la realidad de la
vida.
Para Leonel Beltrán, el juego no tiene cabida si
se utiliza para disfrazar la realidad, el juego la esconde y nos lleva a huir
de toda verdad. Por ello te invita en cada momento a desnudarla sin
resistencia, y ver esa realidad que de frente te golpea y te hace caer una y
tantas veces más sin que puedas reaccionar por el velo de la fantasía. Es éste
velo el que él no está dispuesto a cargar, necesita ver la realidad tal cual es
para poder resistir y esquivar sus golpes, y si es posible, de atinarle a la
realidad un par de sus golpes cuando es capaz de abrirse camino ante las adversidades
que la misma le coloca como retos.
De esta manera, anula cualquier espacio para la
hipocresía y el doble discurso, no sabe actuar por lo que la mentira no es una
carta por la que apueste, y no porque esté libre de pecado, es que no puede
convivir con lo que es contrario a su esencia, no acepta una realidad que se
pretenda distorsionar con cuentos que sólo podría ser llevaderos dentro del
realismo mágico de la literatura, pero no en la vida real.
Tal vez, esta postura con la que se identifica y defiende
lo distancia de quienes no pueden comprender, el porqué insistir en ir por el
camino del frente cuando todos se voltean en el camino. Pero quienes aceptamos
sus verdades, podemos comprender el porque confronta cualquier posición de
autoridad, no porque no las respete, sino que deben ser puesta a prueba, si sus
valores corresponden a la honestidad, entonces sólo así, es mérito de su
respeto y admiración.
En este sentido, se convierte en una persona
auténtica y por ende extraordinaria, aunque nunca se defina a sí mismo como
tal, porque en el fondo sólo responde a lo que ha sido siempre: frontal,
directo, apegado a la sinceridad, sin paños tibios diría él. Porque no tiene
miedo a los hombres, pero si repudia todo aquello que los disfraza y los
convierte en seres falsos.
Ha sido todo un honor el poder contar en mi
camino, con su amistad y hermandad, unidos por la vida en la búsqueda de
alcanzar cada uno sus sueños. En el trayecto compartido he admirado su madurez
adelantada en el tiempo; su autoexigencia por hacer las cosas que ama, de la
manera que deben hacerse; su compromiso de ser fiel y defender a sus seres
queridos, teniendo siempre en cuenta que la familia no puede ir a espalda de
sus logros.
Admiro su nobleza, honestidad y franqueza, pero
también su sensibilidad social ante las injusticias, y sobre todo, el no callar
sus pensamientos.
Feliz Cumpleaños Leonel Beltrán.
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