viernes, 2 de junio de 2017

Ser Agradecido



El soberbio puede creer que ha alcanzado la cima de la montaña por sí sólo, el sabio en cambio reconoce la participación de quienes de otra forma, brindaron los elementos necesarios para que pudiera escalar cada peldaño. Es verdad que todos contamos con ciertas cualidades y habilidades propias que nos permiten ser aventajados en algunas áreas y actividades particulares, pero en la mayoría de los casos, no son suficientes cuando se trata de desarrollar proyectos de vida.

Desde una perspectiva social, cada uno de nosotros somos en gran medida producto del contexto social en el que hemos sido criado, del cual recibimos una serie de experiencias y vivencias significativas, que nos ayuda a construir nuestra personalidad, basada en una escala de principios y valores que responden en parte o completamente a ese contexto social en que hemos sido formados.

Por lo tanto, el contexto social juega un rol fundamental en la construcción de nuestros proyectos de vida, ya que este puede incidir de manera favorable para alcanzar la autorealización o todo lo contrario, ser una barrera que pueda impedir el alcance de nuestros proyectos, ya que no podemos controlar lo que no depende totalmente de nosotros, entre ellos los factores políticos, económicos y sociales.

Por lo que debemos ser agradecidos con el contexto social al que pertenecemos por nacimiento, crianza o por adopción, aun con todas sus contradicciones, cuando nos ofrece las oportunidades necesarias que nos dan ese punto de partida o de llegada, en que podemos proyectar nuestros sueños, agradecer a nuestro contexto social, es reconocernos  como seres sociales, que valoran los aportes de los demás, con quienes hemos compartido un mismo lenguaje, colores, principios y valores que definen gran parte de los que somos.

Aunque no se puede desconocer, que actualmente los diferentes contextos sociales juegan en contra de las ilusiones y aspiraciones de vida de un gran numero de personas. Ante esta situación resaltan dos elementos de un enorme valor, como son el de la familia y las amistades, son dos elementos que nos proporcionan puentes para abrirnos camino frente a las adversidades para lograr nuestros proyectos de vida.

Agradecer  a nuestros padres, es recompensar a quienes nos dieron la grata oportunidad de venir al mundo, agradeciéndoles mucho más, si nos han acompañado en la búsqueda de nuestros sueños, como también agradecer aquellos amigos que han representado una amistad verdadera, quienes han sido leales no sólo en las buenas, sino en las adversidades, sabiendo extender sus manos para ayudarnos incondicionalmente cuando solicitamos su ayuda. Una vez leí, que la mejor forma en que Dios se nos presenta, es a través de aquellas amistades que nos coloca para nuestro crecimiento.

Ser agradecido, es una bendición, cada vez que agradecemos,  damos muestra de humildad, dejando las puertas abiertas, por lo que somos doblemente llenos de gracia. Pero sin olvidar, que cada momento de agradecimiento, debemos agradecer por nuestras bendiciones, al verdadero responsable de las mismas: a Dios. Dios es quien obra en nosotros cuando le permitimos entrar en nuestra vida, colocándola a su disposición, él nos protege y nos abre todas las puertas que necesitamos para desarrollar nuestros proyectos de vida, logrando así, una plena autorealización.


Si andamos con Dios, andamos en el camino del bien, si andamos en el camino del bien, nuestra vida será una vida dichosa. No importará  el contexto social al que pertenecemos, como tampoco importará el tipo de familia en la que nos toco nacer, porque a través Dios, no existirá adversidades que no podremos vencer, saldremos airosos bajo su protección, por lo que debemos serle siempre agradecido, sobre todo, porque nos regaló, el regalo más grande que pueda existir, el de la vida.

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